Mi afición por la pesca deportiva me ha llevado a recorrer mi país en toda su extensión. Por supuesto que uno tiene sus favoritismos y todos saben de mi debilidad es la Patagonia, pero no por eso dejo de reconocer que hay muchos lugares fantásticos, no solo para pescar sino también para disfrutar de sus paisajes, de su gente, de sus costumbres.
Yacaré overo
Así fue que conocí los Esteros del Iberá, un extenso humedal, un lugar de ensueño que abarca todo el nordeste de la provincia de Corrientes. Según estudios comprende unos 20.000 km2 lo que puede variar dependiendo de la altura del agua. Es tan importante como reserva de agua dulce y por su biodiversidad que en el año 1983 fue declarada Reserva Natural Provincial.
Un dorado devuelto al agua
La rica fauna autóctona del humedal incluye especies que si bien hoy en día están protegidas, durante décadas se las depredó y todavía algunas están en peligro de extinción. Entre las más importantes podemos mencionar al yacaré overo y el negro, el ciervo de los pantanos, los carpinchos (que son los roedores más grandes del mundo) y el lobo de crin muy conocido como Aguará Guazú. Otras especies no menos importantes son el lobito de río, los monos aulladores, la boa curiyú y el venado de las pampas. También hay una enorme diversidad de aves y una exuberante variedad de plantas y flores. Tampoco podemos dejar de mencionar una rica fauna íctica que incluye al dorado, surubí, pacú, armado y boga entre otras especies. En definitiva un verdadero paraíso en la Tierra. Ideal para hacer turismo de aventura.
Vacas pastando al borde del agua
Dado que el humedal está rodeado de estancias y campos de cría y pastoreo, no es poco frecuente encontrar rebaños de vacas y hasta cerdos y ovejas. Si bien estos animales no son autóctonos conviven tranquilamente con las especies mencionadas.
Una particularidad de la zona es la gran masa de aguas que se mantiene casi quieta, esto se debe al poco declive del terreno y como las raíces de las mismas plantas son un enorme filtro natural provoca que al decantar las partículas de arena y limo en suspensión el agua tenga una transparencia que asombra al visitante ocasional.
Dada la gran variedad y calidad de sus peces hay instalados en sus costas varios “lodges” de pesca que posibilitan al pescador deportivo pasar hermosas jornadas practicando su deporte favorito.
Vista desde el lodge de pesca
En algunas de mis excursiones por la zona pude comprobar en persona las bodades de estos establecimientos que poseen todas las comodidades necesarias como para descansar, pescar y comer con un servicio de primer nivel.
El clima es tropical debido a la gran humedad ambiente y los atardeceres son fantásticos para el descanso y la relajación y para soñar con volver en otra ocasión.
El ocaso mágico que invita a volver
Uds. Pensarán ¿y por qué el título Aguas Brillantes? Bien, es la traducción de la palabra guaraní “Ibera”.
Mi afición por la pesca deportiva me ha llevado a recorrer mi país en toda su extensión. Por supuesto que uno tiene sus favoritismos y todos saben de mi debilidad es la Patagonia, pero no por eso dejo de reconocer que hay muchos lugares fantásticos, no solo para pescar sino también para disfrutar de sus paisajes, de su gente, de sus costumbres.
Yacaré overo
Así fue que conocí los Esteros del Iberá, un extenso humedal, un lugar de ensueño que abarca todo el nordeste de la provincia de Corrientes. Según estudios comprende unos 20.000 km2 lo que puede variar dependiendo de la altura del agua. Es tan importante como reserva de agua dulce y por su biodiversidad que en el año 1983 fue declarada Reserva Natural Provincial.
Un dorado devuelto al agua
La rica fauna autóctona del humedal incluye especies que si bien hoy en día están protegidas, durante décadas se las depredó y todavía algunas están en peligro de extinción. Entre las más importantes podemos mencionar al yacaré overo y el negro, el ciervo de los pantanos, los carpinchos (que son los roedores más grandes del mundo) y el lobo de crin muy conocido como Aguará Guazú. Otras especies no menos importantes son el lobito de río, los monos aulladores, la boa curiyú y el venado de las pampas. También hay una enorme diversidad de aves y una exuberante variedad de plantas y flores. Tampoco podemos dejar de mencionar una rica fauna íctica que incluye al dorado, surubí, pacú, armado y boga entre otras especies. En definitiva un verdadero paraíso en la Tierra. Ideal para hacer turismo de aventura.
Vacas pastando al borde del agua
Dado que el humedal está rodeado de estancias y campos de cría y pastoreo, no es poco frecuente encontrar rebaños de vacas y hasta cerdos y ovejas. Si bien estos animales no son autóctonos conviven tranquilamente con las especies mencionadas.
Una particularidad de la zona es la gran masa de aguas que se mantiene casi quieta, esto se debe al poco declive del terreno y como las raíces de las mismas plantas son un enorme filtro natural provoca que al decantar las partículas de arena y limo en suspensión el agua tenga una transparencia que asombra al visitante ocasional.
Dada la gran variedad y calidad de sus peces hay instalados en sus costas varios “lodges” de pesca que posibilitan al pescador deportivo pasar hermosas jornadas practicando su deporte favorito.
Vista desde el lodge de pesca
En algunas de mis excursiones por la zona pude comprobar en persona las bodades de estos establecimientos que poseen todas las comodidades necesarias como para descansar, pescar y comer con un servicio de primer nivel.
El clima es tropical debido a la gran humedad ambiente y los atardeceres son fantásticos para el descanso y la relajación y para soñar con volver en otra ocasión.
El ocaso mágico que invita a volver
Uds. Pensarán ¿y por qué el título Aguas Brillantes? Bien, es la traducción de la palabra guaraní “Ibera”.