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12 de diciembre de 2019

La provincia de Santa Cruz encierra una gran diversidad de especies de flora y fauna autóctonas.



Fauna.

Santa Cruz pertenece a la región zoogeográfica más pobre de la Argentina. En la meseta abundan la liebre patagónica o mara, el puma, el gato montés, el zorro, el zorrino y el gato de los pajonales. En la zona cordillerana todavía existen tropillas de guanacos y algunos huemules.

Aves
Hay una gran variedad de aves: desde avestruces petisos o choiques, hasta pájaros como jilgueros y chingolos. Entre las aves rapaces figuran águilas, aguiluchos rojos, halcones de vientre blanco, gavilanes, lechuzas, búhos y cóndores
Costa y mar
En la región costera abundan los lobos marinos de uno y dos pelos. Entre las especies de aves marinas se cuentan pingüinos, albatros, petreles, cormoranes y gaviotas. Los peces más comunes son la trucha criolla, el pejerrey, el puye, el salmón y la lamprea del sur.

Otras especies
En la región se observa un alto número de roedores, murciélagos y unas veinte especies de arácnidos. Entre los reptiles, se encuentran lagartijas y lagartos.

Los más de 240.000 km2 de superficie de Santa Cruz encierran gran diversidad de especies de fauna autóctona; algunas de las nutridas colonias y otras en peligro de extinción. A esta última categoría corresponden el tímido y misterioso huemul y el exótico Maca Tobiano, huéspedes del Parque Nacional Perito Moreno, el lago Strobel y la meseta del Lago Buenos Aires, futuro Parque Nacional, respectivamente. Contrarrestando esas poblaciones mínimas se encuentra la reserva provincial de Cabo Vírgenes, que alberga la segunda colonia mas grande de Sudamérica de Pingüinos Magallánicos, constituida por 133.000 parejas y continua en aumento.













Fauna.

Santa Cruz pertenece a la región zoogeográfica más pobre de la Argentina. En la meseta abundan la liebre patagónica o mara, el puma, el gato montés, el zorro, el zorrino y el gato de los pajonales. En la zona cordillerana todavía existen tropillas de guanacos y algunos huemules.

Aves
Hay una gran variedad de aves: desde avestruces petisos o choiques, hasta pájaros como jilgueros y chingolos. Entre las aves rapaces figuran águilas, aguiluchos rojos, halcones de vientre blanco, gavilanes, lechuzas, búhos y cóndores
Costa y mar
En la región costera abundan los lobos marinos de uno y dos pelos. Entre las especies de aves marinas se cuentan pingüinos, albatros, petreles, cormoranes y gaviotas. Los peces más comunes son la trucha criolla, el pejerrey, el puye, el salmón y la lamprea del sur.

Otras especies
En la región se observa un alto número de roedores, murciélagos y unas veinte especies de arácnidos. Entre los reptiles, se encuentran lagartijas y lagartos.

Los más de 240.000 km2 de superficie de Santa Cruz encierran gran diversidad de especies de fauna autóctona; algunas de las nutridas colonias y otras en peligro de extinción. A esta última categoría corresponden el tímido y misterioso huemul y el exótico Maca Tobiano, huéspedes del Parque Nacional Perito Moreno, el lago Strobel y la meseta del Lago Buenos Aires, futuro Parque Nacional, respectivamente. Contrarrestando esas poblaciones mínimas se encuentra la reserva provincial de Cabo Vírgenes, que alberga la segunda colonia mas grande de Sudamérica de Pingüinos Magallánicos, constituida por 133.000 parejas y continua en aumento.











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14 de noviembre de 2019

La fauna de Mendoza se distribuye de acuerdo con las características del clima y del grado de aridez del terreno.

Esta zona tiene una fauna similar a la del monte, pero dañada por la acción del hombre. Allí se encuentran, entre las aves, el ñandú común, el águila mora, el aguilucho, el halconcito y el chimango. Los mamíferos característicos son el puma, el zorro gris, el gato montés, el zorrino.

Fauna

Zorro del monte

La mulita

El condor

garza mora
La fauna de Mendoza se distribuye de acuerdo con las características del clima, de la altitud, de la vegetación, del grado de aridez del terreno, etc.
La alta montaña
Esta región, ubicada por encima de los 3.000 metros sobre el nivel del mar, y hasta los 4.500 metros, posee una fauna muy escasa, condicionada por la falta de alimentos, las temperaturas extremas y la presencia de las tormentas de nieve y viento. Entre las aves se destacan el cóndor. Los mamíferos están representados por guanacos y pumas.
La montaña
En los terrenos ubicados a alturas menores de 3.000 metros existen numerosos valles y quebradas donde la fauna encuentra mejor refugio y más alimento que en las altas cumbres. Entre las aves características de la zona se destacan el ñandú petiso cordillerano, la perdiz serrana chica, el pato cortacorriente, el pato crestón, el cóndor, el águila mora y el aguilucho, el cernícalo, el búho virginiano. Los mamíferos más comunes en la zona son: guanacos, pumas, zorros colorados, cuises, ratones, liebres europeas y dos especies de murciélago, el común y el orejudo chico. también hay reptiles, como el lagarto de cola espinuda, la yarará nata y la culebra ratonera.
Zona preserrana
Esta zona tiene una fauna similar a la del monte, pero dañada por la acción del hombre. Allí se encuentran, entre las aves, el ñandú común, el águila mora, el aguilucho, el halconcito y el chimango. Los mamíferos característicos son el puma, el zorro gris, el gato montés, el zorrino.
El monte
Comprende las extensas llanuras del este mendocino, en parte muy medanosas, con radicales salpicados de bosquecillos de algarrobo y chañar. Aquí habitan el ñandú, la perdiz de monte, la perdiz chica, la martineta, el chimango, el carancho, el aguilucho y el cernícalo. También hay mamíferos, como murciélagos, peludos, zorros grises y gatos monteses. Entre los reptiles se cuentan lagartijas, lagartos verdes, boas de las vizcacheras y tortugas terrestres.
Región de la Payunia
En este paisaje árido, modelado por la actividad volcánica con vegetación adaptada a la falta de agua, las especies características son las siguientes: ñandú petiso o choique, jote cabeza negra, chimango, águila mora, aguilucho, martineta, chorlo cabezón, chingolo y calandria. Hay mamíferos como marmotas, piches patagónicos, liebres y conejos europeos, maras, vizcachas, chinchillones, cuises, tunduques, guanacos, pumas, zorrinos patagónicos o chiñes y zorros grises. Entre los reptiles están la yarará nata, la culebra ratonera, el matuasto y la lagartija. Los anfibios más comunes son el sapo y la ranita andinos.
Región de ambientes acuáticos
Esta región, que comprende los pantanos, esteros y lagunas naturales, como laguna de Llancanelo, laguna Blanca, laguna de los Álamos, La salinilla, los pantanos de San Miguel, esteros del Atuel y del salado, tiene una amplia avifauna, representada por flamencos, cisnes coscorobas, cisnes cuello negro, macaes plateados, garzas brujas, garzas moras, gallaretas, patos overos, patos zambuilidores, patos capuchinos, teros comunes y reales. Entre los mamíferos se encuentra el coipo o nutria




















Esta zona tiene una fauna similar a la del monte, pero dañada por la acción del hombre. Allí se encuentran, entre las aves, el ñandú común, el águila mora, el aguilucho, el halconcito y el chimango. Los mamíferos característicos son el puma, el zorro gris, el gato montés, el zorrino.

Fauna

Zorro del monte

La mulita

El condor

garza mora
La fauna de Mendoza se distribuye de acuerdo con las características del clima, de la altitud, de la vegetación, del grado de aridez del terreno, etc.
La alta montaña
Esta región, ubicada por encima de los 3.000 metros sobre el nivel del mar, y hasta los 4.500 metros, posee una fauna muy escasa, condicionada por la falta de alimentos, las temperaturas extremas y la presencia de las tormentas de nieve y viento. Entre las aves se destacan el cóndor. Los mamíferos están representados por guanacos y pumas.
La montaña
En los terrenos ubicados a alturas menores de 3.000 metros existen numerosos valles y quebradas donde la fauna encuentra mejor refugio y más alimento que en las altas cumbres. Entre las aves características de la zona se destacan el ñandú petiso cordillerano, la perdiz serrana chica, el pato cortacorriente, el pato crestón, el cóndor, el águila mora y el aguilucho, el cernícalo, el búho virginiano. Los mamíferos más comunes en la zona son: guanacos, pumas, zorros colorados, cuises, ratones, liebres europeas y dos especies de murciélago, el común y el orejudo chico. también hay reptiles, como el lagarto de cola espinuda, la yarará nata y la culebra ratonera.
Zona preserrana
Esta zona tiene una fauna similar a la del monte, pero dañada por la acción del hombre. Allí se encuentran, entre las aves, el ñandú común, el águila mora, el aguilucho, el halconcito y el chimango. Los mamíferos característicos son el puma, el zorro gris, el gato montés, el zorrino.
El monte
Comprende las extensas llanuras del este mendocino, en parte muy medanosas, con radicales salpicados de bosquecillos de algarrobo y chañar. Aquí habitan el ñandú, la perdiz de monte, la perdiz chica, la martineta, el chimango, el carancho, el aguilucho y el cernícalo. También hay mamíferos, como murciélagos, peludos, zorros grises y gatos monteses. Entre los reptiles se cuentan lagartijas, lagartos verdes, boas de las vizcacheras y tortugas terrestres.
Región de la Payunia
En este paisaje árido, modelado por la actividad volcánica con vegetación adaptada a la falta de agua, las especies características son las siguientes: ñandú petiso o choique, jote cabeza negra, chimango, águila mora, aguilucho, martineta, chorlo cabezón, chingolo y calandria. Hay mamíferos como marmotas, piches patagónicos, liebres y conejos europeos, maras, vizcachas, chinchillones, cuises, tunduques, guanacos, pumas, zorrinos patagónicos o chiñes y zorros grises. Entre los reptiles están la yarará nata, la culebra ratonera, el matuasto y la lagartija. Los anfibios más comunes son el sapo y la ranita andinos.
Región de ambientes acuáticos
Esta región, que comprende los pantanos, esteros y lagunas naturales, como laguna de Llancanelo, laguna Blanca, laguna de los Álamos, La salinilla, los pantanos de San Miguel, esteros del Atuel y del salado, tiene una amplia avifauna, representada por flamencos, cisnes coscorobas, cisnes cuello negro, macaes plateados, garzas brujas, garzas moras, gallaretas, patos overos, patos zambuilidores, patos capuchinos, teros comunes y reales. Entre los mamíferos se encuentra el coipo o nutria




















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12 de septiembre de 2019

La flora y fauna de Santiago del Estero queda representada por especies como el mistol del monte, atamisqui, cai y mirikina, entre otros.



Fauna Autóctona.

En el suelo Santiagueño encontramos diversos mamíferos. En las zonas de los bosques y los montes podemos ver vizcachas, conejos, liebres, zorros, zorrinos y hurones.

En los bosques, especialmente, viven el puma, el tigre o yaguareté, el gato montés, el tatú carreta, la mulita, también podemos hallar una especie muy particular de leones (en peligro de extinción varias de estas especies).

Dos especies de ciervo, la sacha cabra y la corzuela, habitan los montes y los bosques. En estas zonas existen también lagartos, lagartijas, chelcos o iguanas, a los que se les da el nombre de saurios.

Las aves se encuentran especialmente en zonas montuosas y boscosas; como por ejemplo podemos citar la chuña, la perdiz, la martineta, la pava del monte, la torcaza, la charata, la cotorra, el águila común, el carancho, la lechuza, la urraca y el loro.
En las lagunas y bañados se encuentran patos, teros, garzas (blancas y moras), los gallitos del agua y las cigueñas.
El monte santiagueño se llena con el silbido de los pájaros que habitan la espesura. En ellos citaremos los carpinteros, los boyeros, los tordos, los cardenales, las ruas, las tijeretas, la calandria, el zorzal, el bentevéo, el picaflor entre otros, también hay palomas del monte y torcazas. En la espesura y entre las hierbas se destaca la presencia temida de las víboras como la culebra, la yarará, la cascabel, la coral y la boa (lampalagua).
Los murciélagos, los vampiros y una gran variedad de arácnidos (la viuda negra, la rastrojera, entre otras), son también parte de los animales de la provincia.
Muchos ejemplares de la fauna autóctona son perseguidos por el hombre, por el valor que representan. El zorro, el león, la vizcacha, el gato montés, el yaguareté, la lampalagua, son codiciados por sus cueros y pieles, los que se emplean para tapados, carteras, calzados, etc.
Otros animales son perseguidos por su carne, como la vizcacha, el pichi, la corzuela, el conejo, la perdiz, entre otros.
Algunos de estos animales han sido tan perseguidos que están a punto de desaparecer, como el yaguareté, el tatú carreta, el avestruz y el puma.
En algunos departamentos la caza ha sido vedada para evitar la extinción de muchas especies.


Fauna en Peligro de Extinción
Al desenfrenado ritmo de la modernidad, la vida silvestre se domestica o desaparece casi insensiblemente.
Los majestuosos yaguaretes, los curiosos tapires, o esos extraños, prehistóricos armatostes de piel dura llamados tatú carreta se están acabando. Según las proyecciones técnicas para el año 2.010 podrían desaparecer no quedando ninguno en estado salvaje.

Los motivos de esta virtual retirada son varios, principalmente por la destrucción de hábitats, la caza indiscriminada, la avidez, la ostentación, el lujo, la ignorancia, las administraciones corruptas, la burocracia ineficiente y hasta la ineptitud de grupos conservacionistas bien intencionados.

Algunos cazadores llegan a pagar sumas elevadas en dólares para que lugareños les capturen ejemplares vivos de yaguaretes y otras especies raras, para luego matarlos y sacarse una fotografía. Esto refleja la cruda realidad de la pobreza rural y sus necesidades de supervivencia, lo cual lleva muchas veces inconscientemente a la desaparición de algunas especies.

Algunas especies denominadas "estelares" o emblemáticas, son las que provocan una alta sensibilidad para los sectores interesados, capaz de juntar fondos o promover campañas para salvar a los animales. Lo importante y positivo de esto es que al salvar a la especie "estrella", o al menos retrasar su desaparición, se protege también a un gran número de especies desconocidas o poco famosas, y al hábitat donde viven.
Ahora muchos se preguntan ¿para que salvar al yaguareté o al tatú?, parecería una brutalidad el interrogante, pero se parte de que nos arreglaríamos muy bien sin ellos, mientras existan televisores, vacas, gaseosas, perros, caballos, etc.
La respuesta no es facil, por que no se conocen cuales serían las consecuencias de una pérdida abrupta de la biodiversidad.

La extición de especies es un fenómeno natural, ejemplo de ello es la desaparición de los dinosaurios, pero la capacidad de transformación del ambiente del hombre actual, está llevando a desaparecer a un ritmo acelerado a numerosas especies y ecosistemas de este planeta, lo que se convierte en una grave amenaza para el hombre mismo.

Quizás algunos pueden opinar que alcanza y sobra con 200 especies de animales y plantas que nos alimentan, pero esto podría llevar a un empobrecimiento genético de consecuencias imprevisibles, ya que también se perderían especies que brindan al hombre numerosos servicios sociales y productivos, como la dispersión de semillas, polinización, ciclado de nutrientes, provisión de oxígeno, nuevas fuentes de medicamentos y materias primas, en resumen calidad de vida, los cuales al no encontrarse, el hombre debería pensar en reeplazarlos con elevados costos.
La extinción de especies vegetales y animales es uno de los síntomas más preocupantes del deterioro ambiental en el mundo.
Las causas de extinción son múltiples entre las que se destacan:
* La transformación de los ambientes naturales, mediante la explotación agropecuaria y forestal, la contaminación, las obras de gran impacto ambiental y la introducción de especies exóticas.
* La caza furtiva y el tráfico de fauna, existe un gran mercado mundial de productos y subproductos y animales vivos lo que a llevado a considerárselo el tercero en importancia global después de las armas y las drogas.
* La ignorancia, otro problema fundamental es el gran desconocimiento de nuestra fauna, tanto de su población como de las formas más adecuadas de utilización.
Las AREAS PROTEGIDAS constituyen un medio eficaz para la conservación de los recursos naturales, por lo que contar con un sistema de áreas protegidas es actualmente una imperiosa necesidad.


ANIMALES CON ALTO RIESGO DE EXTINCIÓN

YAGUARUNDÍ
GATO DEL MONTE
TAPIR
CHANCHO DEL MONTE
AGUARÁ GUAZÚ
OSO HORMIGUERO
TATÚ CARRETA
LAMPALAGUA
TORTUGA
ÑANDÚ








LORO HABLADOR















Fauna Autóctona.

En el suelo Santiagueño encontramos diversos mamíferos. En las zonas de los bosques y los montes podemos ver vizcachas, conejos, liebres, zorros, zorrinos y hurones.

En los bosques, especialmente, viven el puma, el tigre o yaguareté, el gato montés, el tatú carreta, la mulita, también podemos hallar una especie muy particular de leones (en peligro de extinción varias de estas especies).

Dos especies de ciervo, la sacha cabra y la corzuela, habitan los montes y los bosques. En estas zonas existen también lagartos, lagartijas, chelcos o iguanas, a los que se les da el nombre de saurios.

Las aves se encuentran especialmente en zonas montuosas y boscosas; como por ejemplo podemos citar la chuña, la perdiz, la martineta, la pava del monte, la torcaza, la charata, la cotorra, el águila común, el carancho, la lechuza, la urraca y el loro.
En las lagunas y bañados se encuentran patos, teros, garzas (blancas y moras), los gallitos del agua y las cigueñas.
El monte santiagueño se llena con el silbido de los pájaros que habitan la espesura. En ellos citaremos los carpinteros, los boyeros, los tordos, los cardenales, las ruas, las tijeretas, la calandria, el zorzal, el bentevéo, el picaflor entre otros, también hay palomas del monte y torcazas. En la espesura y entre las hierbas se destaca la presencia temida de las víboras como la culebra, la yarará, la cascabel, la coral y la boa (lampalagua).
Los murciélagos, los vampiros y una gran variedad de arácnidos (la viuda negra, la rastrojera, entre otras), son también parte de los animales de la provincia.
Muchos ejemplares de la fauna autóctona son perseguidos por el hombre, por el valor que representan. El zorro, el león, la vizcacha, el gato montés, el yaguareté, la lampalagua, son codiciados por sus cueros y pieles, los que se emplean para tapados, carteras, calzados, etc.
Otros animales son perseguidos por su carne, como la vizcacha, el pichi, la corzuela, el conejo, la perdiz, entre otros.
Algunos de estos animales han sido tan perseguidos que están a punto de desaparecer, como el yaguareté, el tatú carreta, el avestruz y el puma.
En algunos departamentos la caza ha sido vedada para evitar la extinción de muchas especies.


Fauna en Peligro de Extinción
Al desenfrenado ritmo de la modernidad, la vida silvestre se domestica o desaparece casi insensiblemente.
Los majestuosos yaguaretes, los curiosos tapires, o esos extraños, prehistóricos armatostes de piel dura llamados tatú carreta se están acabando. Según las proyecciones técnicas para el año 2.010 podrían desaparecer no quedando ninguno en estado salvaje.

Los motivos de esta virtual retirada son varios, principalmente por la destrucción de hábitats, la caza indiscriminada, la avidez, la ostentación, el lujo, la ignorancia, las administraciones corruptas, la burocracia ineficiente y hasta la ineptitud de grupos conservacionistas bien intencionados.

Algunos cazadores llegan a pagar sumas elevadas en dólares para que lugareños les capturen ejemplares vivos de yaguaretes y otras especies raras, para luego matarlos y sacarse una fotografía. Esto refleja la cruda realidad de la pobreza rural y sus necesidades de supervivencia, lo cual lleva muchas veces inconscientemente a la desaparición de algunas especies.

Algunas especies denominadas "estelares" o emblemáticas, son las que provocan una alta sensibilidad para los sectores interesados, capaz de juntar fondos o promover campañas para salvar a los animales. Lo importante y positivo de esto es que al salvar a la especie "estrella", o al menos retrasar su desaparición, se protege también a un gran número de especies desconocidas o poco famosas, y al hábitat donde viven.
Ahora muchos se preguntan ¿para que salvar al yaguareté o al tatú?, parecería una brutalidad el interrogante, pero se parte de que nos arreglaríamos muy bien sin ellos, mientras existan televisores, vacas, gaseosas, perros, caballos, etc.
La respuesta no es facil, por que no se conocen cuales serían las consecuencias de una pérdida abrupta de la biodiversidad.

La extición de especies es un fenómeno natural, ejemplo de ello es la desaparición de los dinosaurios, pero la capacidad de transformación del ambiente del hombre actual, está llevando a desaparecer a un ritmo acelerado a numerosas especies y ecosistemas de este planeta, lo que se convierte en una grave amenaza para el hombre mismo.

Quizás algunos pueden opinar que alcanza y sobra con 200 especies de animales y plantas que nos alimentan, pero esto podría llevar a un empobrecimiento genético de consecuencias imprevisibles, ya que también se perderían especies que brindan al hombre numerosos servicios sociales y productivos, como la dispersión de semillas, polinización, ciclado de nutrientes, provisión de oxígeno, nuevas fuentes de medicamentos y materias primas, en resumen calidad de vida, los cuales al no encontrarse, el hombre debería pensar en reeplazarlos con elevados costos.
La extinción de especies vegetales y animales es uno de los síntomas más preocupantes del deterioro ambiental en el mundo.
Las causas de extinción son múltiples entre las que se destacan:
* La transformación de los ambientes naturales, mediante la explotación agropecuaria y forestal, la contaminación, las obras de gran impacto ambiental y la introducción de especies exóticas.
* La caza furtiva y el tráfico de fauna, existe un gran mercado mundial de productos y subproductos y animales vivos lo que a llevado a considerárselo el tercero en importancia global después de las armas y las drogas.
* La ignorancia, otro problema fundamental es el gran desconocimiento de nuestra fauna, tanto de su población como de las formas más adecuadas de utilización.
Las AREAS PROTEGIDAS constituyen un medio eficaz para la conservación de los recursos naturales, por lo que contar con un sistema de áreas protegidas es actualmente una imperiosa necesidad.


ANIMALES CON ALTO RIESGO DE EXTINCIÓN

YAGUARUNDÍ
GATO DEL MONTE
TAPIR
CHANCHO DEL MONTE
AGUARÁ GUAZÚ
OSO HORMIGUERO
TATÚ CARRETA
LAMPALAGUA
TORTUGA
ÑANDÚ








LORO HABLADOR













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8 de agosto de 2019

La flora y fauna de Río Negro está representada por especies presentes en cuatro ecosistemas.

Fauna.

Se distinguen cuatro grandes espacios geográficos donde se distribuyen los elemento de la fauna y la flora provinciales ellas son:
  • Zona del monte
  • Estepas patagónicas
  • Bosques subantárticos
  • Estepas altoandinas


Zona del monte
El de mayor extensión geográfica es la zona del monte, que, ocupa la parte norte central y este de la provincia. Entre las especies animales más carcterísticas están el guanaco, el puma, el zorro gris, la mara, algunos armadillos y hurones y el ñandú petiso. En las zonas costeras abundan los mamíferos adaptados a la vida en el mar como focas, lobos y elefantes marinos. También hay pingüinos, como en todo a lo largo de la costa patagónica.
Estepa patagónica
Al sudoeste se encuentra la región de las estepas patagónicas. La fauna de la región es similar a la de las estepas arbustivas del monte.

Bosques del oeste cordillerano
En las cumbres más altas del límite con Chile, donde ya no crece el bosque. prospera la zona de estepas altoandinas. La fauna de la región esta integrada por zorros, hurones, cauquenes, ciervos pudú y ciervos europeos.
Estepa altoandinas
Al oeste sobre la cordillera, se desarrollan los bosques subantárticos. La fauna en esta región esta representada principalmeme por roedores adaptados a la vida en altura









Fauna.

Se distinguen cuatro grandes espacios geográficos donde se distribuyen los elemento de la fauna y la flora provinciales ellas son:
  • Zona del monte
  • Estepas patagónicas
  • Bosques subantárticos
  • Estepas altoandinas


Zona del monte
El de mayor extensión geográfica es la zona del monte, que, ocupa la parte norte central y este de la provincia. Entre las especies animales más carcterísticas están el guanaco, el puma, el zorro gris, la mara, algunos armadillos y hurones y el ñandú petiso. En las zonas costeras abundan los mamíferos adaptados a la vida en el mar como focas, lobos y elefantes marinos. También hay pingüinos, como en todo a lo largo de la costa patagónica.
Estepa patagónica
Al sudoeste se encuentra la región de las estepas patagónicas. La fauna de la región es similar a la de las estepas arbustivas del monte.

Bosques del oeste cordillerano
En las cumbres más altas del límite con Chile, donde ya no crece el bosque. prospera la zona de estepas altoandinas. La fauna de la región esta integrada por zorros, hurones, cauquenes, ciervos pudú y ciervos europeos.
Estepa altoandinas
Al oeste sobre la cordillera, se desarrollan los bosques subantárticos. La fauna en esta región esta representada principalmeme por roedores adaptados a la vida en altura









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26 de julio de 2019

Una gran variedad de relieves y paisajes constituyen el hábitat de la fauna y flora neuquina.

Flora

En la provincia se encuentran pasturas, montes y bosques naturales. Existen cultivos y forrajes anuales y perennes. Entre las especies arbóreas autóctonas se destacan el Arrayán, el Pehuén o Araucaria, Lengas, Ñires, Roble Pellín, Ciprés, Coihue y Raulí. Otras especies implantadas: coníferas como el Pino Ponderosa, Pino Oregón y diversas variadedes de Álamo. Flores: Se destacan la Rosa Mosqueta, el Amancay y la Topa Topa.


Las comunidades vegetales están determinadas fundamentalmente por la altura en que se encuentran.
En el nivel superior a 2000 mts. existe una abundante flora de especies que no alcanzan porte arbóreo :Lenga, Radal, Maitén.
El nivel inferior a esta altura presenta una abundante formación de coironales.En los niveles inferiores a 1200 mts. se observan en las zonas más llanas especies tales como palo piche y yaque colliguay, entre otros.
Hacia el oeste, la vegetación está compuesta por coironales y mallines. Al este de la cordillera del Viento la vegetación cubre muy escasamente el suelo con especies como jarilla, y zampa.

Fauna
Neuquén posee una gran variedad de mamíferos, aves, reptiles y peces. Las especies más destacadas son: Ciervo Rojo, Cuis, Guanaco, Huemul, Jabalí, Mara, Peludo, Pudu Pudu, Puma, Zorrino Patagónico, Zorro Colorado y Gris. Entre las aves, podemos mencionar al Cisne de Cuello Negro, el Aguila, la Avutarda, Bandurrias, Biguá, Carpintero Patagónico, Cóndor, Flamenco, Gallareta, Garza, Halcón, Lechuza, Ñandú y Pato. Las variedades de peces presentes en el territorio provincial son: Pejerrey, Trucha Marrón, Trucha Arco Iris, Fontinnalis y Percas.


La fauna de la zona, puede ser descripta a partir de una clasificación dada entre el este y el oeste de la misma.
ZONA ESTE
La zona este, es más pobre en cantidad de especies y en tamaño.
Especies
Liebres
Zorrinos
Piches o Mulitas
Zorro Gris
Guanacos

ZONA OESTE

Hacia el oeste aparecen, además de las especies de la zona este, otras especies.

Especies
Conejos
Puma
Zorro Colorado
Cabras Silvestres
Reptiles
avifauna
La avifauna de lagos y ríos está compuesta por las siguientes especies, entre otras

Especies
Bandurrias
Avutardas Migratorias
Loros
Cachañas
Jotes
Flamencos
Cisne de Cuello Negro

Flora

En la provincia se encuentran pasturas, montes y bosques naturales. Existen cultivos y forrajes anuales y perennes. Entre las especies arbóreas autóctonas se destacan el Arrayán, el Pehuén o Araucaria, Lengas, Ñires, Roble Pellín, Ciprés, Coihue y Raulí. Otras especies implantadas: coníferas como el Pino Ponderosa, Pino Oregón y diversas variadedes de Álamo. Flores: Se destacan la Rosa Mosqueta, el Amancay y la Topa Topa.


Las comunidades vegetales están determinadas fundamentalmente por la altura en que se encuentran.
En el nivel superior a 2000 mts. existe una abundante flora de especies que no alcanzan porte arbóreo :Lenga, Radal, Maitén.
El nivel inferior a esta altura presenta una abundante formación de coironales.En los niveles inferiores a 1200 mts. se observan en las zonas más llanas especies tales como palo piche y yaque colliguay, entre otros.
Hacia el oeste, la vegetación está compuesta por coironales y mallines. Al este de la cordillera del Viento la vegetación cubre muy escasamente el suelo con especies como jarilla, y zampa.

Fauna
Neuquén posee una gran variedad de mamíferos, aves, reptiles y peces. Las especies más destacadas son: Ciervo Rojo, Cuis, Guanaco, Huemul, Jabalí, Mara, Peludo, Pudu Pudu, Puma, Zorrino Patagónico, Zorro Colorado y Gris. Entre las aves, podemos mencionar al Cisne de Cuello Negro, el Aguila, la Avutarda, Bandurrias, Biguá, Carpintero Patagónico, Cóndor, Flamenco, Gallareta, Garza, Halcón, Lechuza, Ñandú y Pato. Las variedades de peces presentes en el territorio provincial son: Pejerrey, Trucha Marrón, Trucha Arco Iris, Fontinnalis y Percas.


La fauna de la zona, puede ser descripta a partir de una clasificación dada entre el este y el oeste de la misma.
ZONA ESTE
La zona este, es más pobre en cantidad de especies y en tamaño.
Especies
Liebres
Zorrinos
Piches o Mulitas
Zorro Gris
Guanacos

ZONA OESTE

Hacia el oeste aparecen, además de las especies de la zona este, otras especies.

Especies
Conejos
Puma
Zorro Colorado
Cabras Silvestres
Reptiles
avifauna
La avifauna de lagos y ríos está compuesta por las siguientes especies, entre otras

Especies
Bandurrias
Avutardas Migratorias
Loros
Cachañas
Jotes
Flamencos
Cisne de Cuello Negro

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25 de julio de 2019

La fauna, la flora, los rios y los lagos generan en Chubut una postal única.


Fauna.

Se encuentran distribuidas en tres grandes regiones biogeográficas, ellas son:

  • Región del monte

  • Región de la estepa patagónica

  • Región de bosques subantárticos


Región del monte

El monte, que ocupa el sector noreste de la provincia y Península Valdés, y coincide con la zona climática árida de estepas.

Las modificaciones cuantitativas y cualitativas son mucho mayores en lo que respecta a la fauna que a la flora de este paisaje. Desaparecieron de la región especies como el jaguar (tigre), el aguará guazú, el ciervo pampeano y el pecarí.

Se amplió el hábitat de otras, como la vizcacha, cuyo límite sur era el río Negro, y el gato eira, recientemente llegado del norte. Se restringió el hábitat de otros animales como en el caso del elefante marino, que llegaba hasta San Blas.

La aparición de especies introducidas, como el jabalí, la liebre (y los ganados), además de peces de agua dulce, ha alterado también el hábitat de algunas especies.

Finalmente, la restricción numérica de otras especies, como el guanaco, abundante hasta hace pocos años, la mara, los armadillos. las tortugas terrestres, las martinetas y avestruces de las cuales hay dos especies, el «avestruz moro», común con La Pampa, y el «petizo», propiamente patagónico.

También se han reducido los mamíferos litorales-marinos.

En las aguas cercanas a la costa hay toninas o delfines, que todavía a veces osan incursionar por los ríos algunos kilómetros; la orca reguladora de las loberías; ballenas francas, pingüinos de Magallanes, diversas especies de aves ( albatros, cormoranes, gaviotas y gaviotines).

La gran riqueza faunística de aves y mamíferos marinos se debe a la acción reguladora de la temperatura, ocasionada por la corriente marina cálida del Brasil.

La temperatura del agua marina es agradable ya que hasta la Zona alcanza el extreme sur de la corriente marina cálida del Brasil.

Región de la estepa patagónica

La estepa patagónica, que se desarrolla en la zona de la Patagonia extrandina Chubutense

La fauna de la estepa es similar a la del monte, aunque son típicos de esta zona el guanaco, la mara o liebre patagónica y el ñandú petiso.

En las costas abundan pingüinos, gaviotas, lobos y elefantes marinos, focas, ballenas, toninas y delfines.

Bosques subantárticos

La fauna autóctona se singulariza por una especie en extinción entre los mamíferos, el huemul (Hippocamelus bisulcus), y un acridio entre los insectos: Nahuelis.

Otros insectos típicos son los fitófagos, es decir, comedores de madera. Entre las aves del bosque destacan los carpinteros; fuera de él, otras como el cóndor, que suele verse en los últimos tiempos incluso fuera de la cordillera.

Entre los peces, el pejerrey, la perca o trucha criolla, el puye, la peladilla, Entre los anfibios, sapos y distintas formas de ranas. Reptiles, lagartijas del género Liolemus.

También, varios géneros de roedores, carnívoros y herbívoros. Entre los mamíferos, al huemul hay que agregar el ciervo enano o pudú, la lutra o lobito de río carnívoro acuático, junto al coipo, gran roedor acuático. Ya no existe el «tigre» o jaguar, extinguido a fines de siglo (el nawel de la lengua araucana), pero es abundante todavía el puma. Y un verdadero fósil viviente: el monito del monte, un pequeño marsupial casi invisible, que habita en los troncos de un par de especies arbóreas.

Esta fauna autóctona soporta hoy la presión de distintas especies importadas como el ganado, común en toda la Patagonia, además del ciervo rojo o colorado (Cervus elaphus), el gamo europeo (Dama dama) y el jabalí (Sus scrofa) entre los mamíferos, además de aves y peces varios como la trucha, trucha arco iris y salmón.


La flora está representada por pastos y arbustos adaptados al ambiente semiárido. Las especies características son jarilla, molle, barba de chivo, mata brasilera, piquillín, algarrobito, quilembay, botón de oro.


Todas ellas caracterizadas por poseer hojas pequeñas, espinosas y carnosas que les ayudan a evitar la evaporación de agua. La vegetación es pobre, achaparrada y xerófila en el desértico ambiente de la patagonia extraandina, pero en la faja andina se modifica tornándose hidrófila, tupida y arbórea.


Las especies principales de cada ámbito son: en los bosques cordilleranos andinos prevalecen el alerce, el arrayán, el ciprés, el raulí, el pehuén, el roble, la lenga, y el ñire; en las espaciosas mesetas del interior se advierte la existencia de ejemplares de la estepa arbustiva: neneo, coirón y llareta, en las comarcas donde hay suelos salinos se desarrolla el jume y hay cactáceas diversas en todas las latitudes.

Son característicos los mallines en los cañadones y algunos sauces llorones surgen en los valles de ríos de curso permanente.


Fauna.

Se encuentran distribuidas en tres grandes regiones biogeográficas, ellas son:

  • Región del monte

  • Región de la estepa patagónica

  • Región de bosques subantárticos


Región del monte

El monte, que ocupa el sector noreste de la provincia y Península Valdés, y coincide con la zona climática árida de estepas.

Las modificaciones cuantitativas y cualitativas son mucho mayores en lo que respecta a la fauna que a la flora de este paisaje. Desaparecieron de la región especies como el jaguar (tigre), el aguará guazú, el ciervo pampeano y el pecarí.

Se amplió el hábitat de otras, como la vizcacha, cuyo límite sur era el río Negro, y el gato eira, recientemente llegado del norte. Se restringió el hábitat de otros animales como en el caso del elefante marino, que llegaba hasta San Blas.

La aparición de especies introducidas, como el jabalí, la liebre (y los ganados), además de peces de agua dulce, ha alterado también el hábitat de algunas especies.

Finalmente, la restricción numérica de otras especies, como el guanaco, abundante hasta hace pocos años, la mara, los armadillos. las tortugas terrestres, las martinetas y avestruces de las cuales hay dos especies, el «avestruz moro», común con La Pampa, y el «petizo», propiamente patagónico.

También se han reducido los mamíferos litorales-marinos.

En las aguas cercanas a la costa hay toninas o delfines, que todavía a veces osan incursionar por los ríos algunos kilómetros; la orca reguladora de las loberías; ballenas francas, pingüinos de Magallanes, diversas especies de aves ( albatros, cormoranes, gaviotas y gaviotines).

La gran riqueza faunística de aves y mamíferos marinos se debe a la acción reguladora de la temperatura, ocasionada por la corriente marina cálida del Brasil.

La temperatura del agua marina es agradable ya que hasta la Zona alcanza el extreme sur de la corriente marina cálida del Brasil.

Región de la estepa patagónica

La estepa patagónica, que se desarrolla en la zona de la Patagonia extrandina Chubutense

La fauna de la estepa es similar a la del monte, aunque son típicos de esta zona el guanaco, la mara o liebre patagónica y el ñandú petiso.

En las costas abundan pingüinos, gaviotas, lobos y elefantes marinos, focas, ballenas, toninas y delfines.

Bosques subantárticos

La fauna autóctona se singulariza por una especie en extinción entre los mamíferos, el huemul (Hippocamelus bisulcus), y un acridio entre los insectos: Nahuelis.

Otros insectos típicos son los fitófagos, es decir, comedores de madera. Entre las aves del bosque destacan los carpinteros; fuera de él, otras como el cóndor, que suele verse en los últimos tiempos incluso fuera de la cordillera.

Entre los peces, el pejerrey, la perca o trucha criolla, el puye, la peladilla, Entre los anfibios, sapos y distintas formas de ranas. Reptiles, lagartijas del género Liolemus.

También, varios géneros de roedores, carnívoros y herbívoros. Entre los mamíferos, al huemul hay que agregar el ciervo enano o pudú, la lutra o lobito de río carnívoro acuático, junto al coipo, gran roedor acuático. Ya no existe el «tigre» o jaguar, extinguido a fines de siglo (el nawel de la lengua araucana), pero es abundante todavía el puma. Y un verdadero fósil viviente: el monito del monte, un pequeño marsupial casi invisible, que habita en los troncos de un par de especies arbóreas.

Esta fauna autóctona soporta hoy la presión de distintas especies importadas como el ganado, común en toda la Patagonia, además del ciervo rojo o colorado (Cervus elaphus), el gamo europeo (Dama dama) y el jabalí (Sus scrofa) entre los mamíferos, además de aves y peces varios como la trucha, trucha arco iris y salmón.


La flora está representada por pastos y arbustos adaptados al ambiente semiárido. Las especies características son jarilla, molle, barba de chivo, mata brasilera, piquillín, algarrobito, quilembay, botón de oro.


Todas ellas caracterizadas por poseer hojas pequeñas, espinosas y carnosas que les ayudan a evitar la evaporación de agua. La vegetación es pobre, achaparrada y xerófila en el desértico ambiente de la patagonia extraandina, pero en la faja andina se modifica tornándose hidrófila, tupida y arbórea.


Las especies principales de cada ámbito son: en los bosques cordilleranos andinos prevalecen el alerce, el arrayán, el ciprés, el raulí, el pehuén, el roble, la lenga, y el ñire; en las espaciosas mesetas del interior se advierte la existencia de ejemplares de la estepa arbustiva: neneo, coirón y llareta, en las comarcas donde hay suelos salinos se desarrolla el jume y hay cactáceas diversas en todas las latitudes.

Son característicos los mallines en los cañadones y algunos sauces llorones surgen en los valles de ríos de curso permanente.

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13 de julio de 2019

La sorprendente fauna fueguina incluye animales exóticos introducidos por el hombre.

Sin duda alguna, el visitante podrá observar la avifauna fácilmente, particularmente al acercarse a los cuerpos de agua y a la costa.

La fauna alada es muy diversa: está representada en el archipiélago por 197 especies pertenecientes a 47 familias diferentes.

Se calcula que 135 son residentes o visitantes regulares de las islas, 36 son visitantes raros o accidentales y 23 son especies hipotéticas con sólo una o dos citas para el archipiélago fueguino.

Entre las especies de la región se destacan varias netamente marinas como pingüinos, albatros, petreles, cormoranes, gaviotas y gaviotines. Las más representadas dentro del parque son las asociadas con ambientes de agua dulce y las terrestres. Estas últimas incluyen varias garzas, patos, aguiluchos, halcones, gallaretas, chorlitos, playeros y diferentes paseriformes.

Los ambientes costeros son visitados por ostreros australes (Haematopus leucopodus) y, en menor medida, por cauquenes caranca (Chloephaga hybrida) (14), ambas de avistaje poco común. El ostrero negro (Haematopus ater) construye un nido que consiste únicamente en una depresión en el suelo, a la que a veces acondiciona con algunas algas y restos marinos (2). Esta especie se distribuye a lo largo de las costas de la Argentina, y aunque en este momento se encuentra en plena creación un parque costero en la provincia de Santa Cruz, donde tal vez podamos encontrarlo también, el Parque Nacional Tierra del Fuego es, por ahora, el único parque nacional en el que podemos verlo. Por otra parte, muy cerca del límite del parque, en la costa norte del lago Fagnano, se hallaron colonias de cormoranes (Phalacrocorax spp.) y en el propio lago se avistaron aves marinas (albatros, escúas, etc.; ).

En este área protegida de la Argentina podemos observar ejemplares de cuatro especies de cauquén pastoreando en los espacios abiertos: el cauquén común (Chloephaga picta), con un poco de suerte también el caranca y el real (Ch. policephala), y, si somos muy afortunados, tal vez avistemos al cauquén colorado (Ch. rubidiceps), de presencia dudosa en el parque (14). Este último cauquén se halla en serio peligro de extinción. También frecuentan estos ambientes el albatros ceja negra (Diomedea melanophrys), con sus más de dos metros de envergadura, el pato vapor grande (Thachyeres pteneres), especie no voladora y el petrel gigante común (Macronectes giganteus).

Otras aves características del parque, aunque menos frecuentes, son el macá grande o huala (Podiceps major), que prefiere las bahías tranquilas para nidificar, y el carpintero gigante (Campephilus magellanicus), que encuentra refugio en el dosel protector del bosque, anunciando su presencia entre el follaje a través del rítmico golpeteo de su pico contra los troncos de los árboles.

El carpintero convive con la cotorra austral o cachaña (Enicognathus ferrugineus) y en los estratos del bosque más cercanos al mantillo de hojas secas que cubre el suelo, buscando alimento, podemos encontrar dos especies de pájaros (passeriformes) que tienen el límite de su amplia distribución en Tierra del Fuego: los chingolos (Zonotrichia capensis) y los zorzales patagónicos (Turdus falcklandii).

Al subir por las laderas, en la lejanía del azul cielo austral podemos ver el planeo alto de un cóndor (Vultur gryphus) (1), que se nos aparece, engañosamente, como un ave de tamaño común. Se desplaza sin dificultad alguna utilizando las corrientes de aire ascendente para elevarse a alturas increíbles y mostrarse como un simple punto en el cielo, cuando en realidad puede llegar a medir hasta cuatro metros de envergadura.

Los peces se encuentran bien representados en la región, pero sólo en los mares adyacentes al archipiélago fueguino, pues la ictiofauna de agua dulce es pobre en la zona (10). Recordemos, además, que el parque nacional no incluye al mar, donde la especie “estrella” por su alto valor deportivo es el róbalo (Eleginops maclovinus). La fauna dulceacuícola nativa está representada en el parque por el puyén (Galaxias variegatus) y las especies introducidas por el hombre para la pesca, por las truchas arco iris (Onchorhynchus mikiss), de arroyo (Salvvelinus fontinalis) y marrón (Salmo fario), y por el salmón encerrado (Salmo salar sebago).

La fauna fueguina es bastante sorprendente. Por un lado, los anfibios y reptiles no están representados en el parque nacional.

Por otro, los mamíferos autóctonos del archipiélago están representados por varias especies de distintos órdenes. En el parque se confirmó la presencia de 15 especies de mamíferos autóctonos, uno de los cuales probablemente ya se extinguió, y de al menos 7 especies introducidas. Además, se supone la presencia, no confirmada, de dos especies más.

Entre los mamíferos más característicos del territorio fueguino que protege el parque se destaca el zorro colorado, con una subespecie propia (endémica) de las islas del Atlántico Sur: el zorro colorado fueguino (Dusicyon culpaeus lycoides). Este carnívoro es uno de los más grandes de los cánidos de Sudamérica, superado en tamaño únicamente por el aguará guazú (Chrysocyon brachyurus) en el norte argentino. Su color rojizo ventral es característico y lo diferencia de su pariente cercano, el zorro gris (Dusicyon griseus), introducido en la isla por el hombre. Este último es mucho más pequeño, de casi la mitad de tamaño que el autóctono.

Otro carnívoro propio del lugar, aunque su presencia en el actual parque requiere confirmación, es un pequeño lobito llamado chunungo (Lontra felina) que convive en la zona con su pariente cercano, el huillín (Lontra provocax), más abundante en otros sectores del bosque subantártico pero de presencia confirmada en el parque actualmente. En estado adulto, el chungungo o nutria de Magallanes no llega a medir un metro de largo y su coloración es homogénea, oscura, con tintes rojizos. Habita en el mar, pero se acerca al parque a través del canal de Beagle. Es abundante en los sectores marinos reparados como los canales (de allí el nombre de nutria “marina”)

Se comenta que los indígenas fueguinos cazaban a este animal para fabricar abrigos con su hermosa piel, para lo cual lo perseguían en canoa hasta hacerlo salir del agua y allí, en tierra, enviaban a sus perros para atacarlo. El huillín, en cambio, es principalmente de agua dulce, por lo que se lo suele llamar “lobito de río patagónico”, aunque al parecer frecuenta ambientes costeros, tanto marinos como dulceacuícolas. Su distribución alcanza los lagos occidentales de la Patagonia y, en mayor medida, de la zona sur de Chile. Se diferencia del chungungo por su tamaño mayor y el contraste entre lo pardo oscuro de su zona dorsal y lo blanco plateado de la ventral.

El mayor de los mamíferos del archipiélago es el guanaco (Lama guanicoe). Su pelaje es largo y grueso, de color ocre o amarillento, y su altura hasta la cruz es de alrededor de 1.10 m. Es una especie típica de los ambientes abiertos, pero en Tierra del Fuego suele penetrar en los bosques, y en el verano asciende hasta los 600 m de altura en la zona más ondulada de la región. Allí nacen sus “chulengos”, como se denomina comúnmente a las crías.

Si algún año las nevadas se adelantan, la tropilla baja a sitios reparados para agruparse y darse calor. En esa circunstancia, los chulengos corren el riesgo de morir, ya que sus fuerzas pueden no alcanzarles para seguir al grupo. Pero el peligro disminuye cuando el clima es benévolo, pues el terreno escarpado no representa un gran desafío para estos gráciles animales.

Los pinnípedos, si bien habitan las costas de las islas, llegan al parque con representantes de varias especies, como el lobo marino de un pelo, también llamado león marino austral (Otaria byronia). Se lo ha visto ingresar por el sector de Lapataia y llegar hasta las cercanías del lago Roca. Además, en 1986 se encontraron, dentro del parque nacional, 8 ejemplares subadultos en un islote al sudoeste de la bahía Chica en el canal de Beagle, muy cerca de Lapataia (10). Los cetáceos también visitan el canal de Beagle, donde se ha avistado, por ejemplo, al delfín austral (Lagenorhynchus australis) y a la marsopa espinosa (Phocoena spinipinnis).

Aunque el sector marino, como ya dijimos, no pertenece al parque y, por lo tanto, carece de su protección, los visitantes pueden observar la fauna marina desde él en sus costas.

En cuanto a los invertebrados, podríamos extendernos cientos de páginas hablando solamente de sus caracoles, pero nos limitaremos a mencionar que, principalmente en las costas marinas de la región, habitan numerosos grupos de estos animales, como las esponjas de mar (porifera), las estrellas de mar (echinodermata), los gusanos cilíndricos (annelida), para mencionar sólo a los más asociados con el ambiente marino. Los más fáciles de observar, entre las rocas costeras del mar, son los moluscos: mejillones, cholgas y caracoles.

Los crustáceos también abundan, con especies de camarones, isópodos, krill y cangrejos, por citar algunos ejemplos. También están bien representados los arácnidos, con unas 25 familias en el archipiélago, y los insectos, tanto en las costas como en el interior del parque, donde buena parte de sus especies -como las mariposas (lepidoptera), los escarabajos (coleoptera) y las hormigas (himenoptera), entre otros- vendrán a merodear en torno de los visitantes para anunciar su presencia.

Las especies de fauna introducidas son, entre otras (véase Problemas de Conservación), el conejo europeo (Oryctolagus cuniculus), la rata almizclera (Ondatra zibethicus), las ratas negra y parda (Rattus rattus y R. norvegicus) y el castor canadiense (Castor canadensis). Este último produce un impacto ambiental considerable, debido a que tala árboles para construir sus diques, los cuales, a su vez, provocan inundaciones en ciertos sectores del bosque, causando la muerte por anegamiento de muchos árboles.

Sin duda alguna, el visitante podrá observar la avifauna fácilmente, particularmente al acercarse a los cuerpos de agua y a la costa.

La fauna alada es muy diversa: está representada en el archipiélago por 197 especies pertenecientes a 47 familias diferentes.

Se calcula que 135 son residentes o visitantes regulares de las islas, 36 son visitantes raros o accidentales y 23 son especies hipotéticas con sólo una o dos citas para el archipiélago fueguino.

Entre las especies de la región se destacan varias netamente marinas como pingüinos, albatros, petreles, cormoranes, gaviotas y gaviotines. Las más representadas dentro del parque son las asociadas con ambientes de agua dulce y las terrestres. Estas últimas incluyen varias garzas, patos, aguiluchos, halcones, gallaretas, chorlitos, playeros y diferentes paseriformes.

Los ambientes costeros son visitados por ostreros australes (Haematopus leucopodus) y, en menor medida, por cauquenes caranca (Chloephaga hybrida) (14), ambas de avistaje poco común. El ostrero negro (Haematopus ater) construye un nido que consiste únicamente en una depresión en el suelo, a la que a veces acondiciona con algunas algas y restos marinos (2). Esta especie se distribuye a lo largo de las costas de la Argentina, y aunque en este momento se encuentra en plena creación un parque costero en la provincia de Santa Cruz, donde tal vez podamos encontrarlo también, el Parque Nacional Tierra del Fuego es, por ahora, el único parque nacional en el que podemos verlo. Por otra parte, muy cerca del límite del parque, en la costa norte del lago Fagnano, se hallaron colonias de cormoranes (Phalacrocorax spp.) y en el propio lago se avistaron aves marinas (albatros, escúas, etc.; ).

En este área protegida de la Argentina podemos observar ejemplares de cuatro especies de cauquén pastoreando en los espacios abiertos: el cauquén común (Chloephaga picta), con un poco de suerte también el caranca y el real (Ch. policephala), y, si somos muy afortunados, tal vez avistemos al cauquén colorado (Ch. rubidiceps), de presencia dudosa en el parque (14). Este último cauquén se halla en serio peligro de extinción. También frecuentan estos ambientes el albatros ceja negra (Diomedea melanophrys), con sus más de dos metros de envergadura, el pato vapor grande (Thachyeres pteneres), especie no voladora y el petrel gigante común (Macronectes giganteus).

Otras aves características del parque, aunque menos frecuentes, son el macá grande o huala (Podiceps major), que prefiere las bahías tranquilas para nidificar, y el carpintero gigante (Campephilus magellanicus), que encuentra refugio en el dosel protector del bosque, anunciando su presencia entre el follaje a través del rítmico golpeteo de su pico contra los troncos de los árboles.

El carpintero convive con la cotorra austral o cachaña (Enicognathus ferrugineus) y en los estratos del bosque más cercanos al mantillo de hojas secas que cubre el suelo, buscando alimento, podemos encontrar dos especies de pájaros (passeriformes) que tienen el límite de su amplia distribución en Tierra del Fuego: los chingolos (Zonotrichia capensis) y los zorzales patagónicos (Turdus falcklandii).

Al subir por las laderas, en la lejanía del azul cielo austral podemos ver el planeo alto de un cóndor (Vultur gryphus) (1), que se nos aparece, engañosamente, como un ave de tamaño común. Se desplaza sin dificultad alguna utilizando las corrientes de aire ascendente para elevarse a alturas increíbles y mostrarse como un simple punto en el cielo, cuando en realidad puede llegar a medir hasta cuatro metros de envergadura.

Los peces se encuentran bien representados en la región, pero sólo en los mares adyacentes al archipiélago fueguino, pues la ictiofauna de agua dulce es pobre en la zona (10). Recordemos, además, que el parque nacional no incluye al mar, donde la especie “estrella” por su alto valor deportivo es el róbalo (Eleginops maclovinus). La fauna dulceacuícola nativa está representada en el parque por el puyén (Galaxias variegatus) y las especies introducidas por el hombre para la pesca, por las truchas arco iris (Onchorhynchus mikiss), de arroyo (Salvvelinus fontinalis) y marrón (Salmo fario), y por el salmón encerrado (Salmo salar sebago).

La fauna fueguina es bastante sorprendente. Por un lado, los anfibios y reptiles no están representados en el parque nacional.

Por otro, los mamíferos autóctonos del archipiélago están representados por varias especies de distintos órdenes. En el parque se confirmó la presencia de 15 especies de mamíferos autóctonos, uno de los cuales probablemente ya se extinguió, y de al menos 7 especies introducidas. Además, se supone la presencia, no confirmada, de dos especies más.

Entre los mamíferos más característicos del territorio fueguino que protege el parque se destaca el zorro colorado, con una subespecie propia (endémica) de las islas del Atlántico Sur: el zorro colorado fueguino (Dusicyon culpaeus lycoides). Este carnívoro es uno de los más grandes de los cánidos de Sudamérica, superado en tamaño únicamente por el aguará guazú (Chrysocyon brachyurus) en el norte argentino. Su color rojizo ventral es característico y lo diferencia de su pariente cercano, el zorro gris (Dusicyon griseus), introducido en la isla por el hombre. Este último es mucho más pequeño, de casi la mitad de tamaño que el autóctono.

Otro carnívoro propio del lugar, aunque su presencia en el actual parque requiere confirmación, es un pequeño lobito llamado chunungo (Lontra felina) que convive en la zona con su pariente cercano, el huillín (Lontra provocax), más abundante en otros sectores del bosque subantártico pero de presencia confirmada en el parque actualmente. En estado adulto, el chungungo o nutria de Magallanes no llega a medir un metro de largo y su coloración es homogénea, oscura, con tintes rojizos. Habita en el mar, pero se acerca al parque a través del canal de Beagle. Es abundante en los sectores marinos reparados como los canales (de allí el nombre de nutria “marina”)

Se comenta que los indígenas fueguinos cazaban a este animal para fabricar abrigos con su hermosa piel, para lo cual lo perseguían en canoa hasta hacerlo salir del agua y allí, en tierra, enviaban a sus perros para atacarlo. El huillín, en cambio, es principalmente de agua dulce, por lo que se lo suele llamar “lobito de río patagónico”, aunque al parecer frecuenta ambientes costeros, tanto marinos como dulceacuícolas. Su distribución alcanza los lagos occidentales de la Patagonia y, en mayor medida, de la zona sur de Chile. Se diferencia del chungungo por su tamaño mayor y el contraste entre lo pardo oscuro de su zona dorsal y lo blanco plateado de la ventral.

El mayor de los mamíferos del archipiélago es el guanaco (Lama guanicoe). Su pelaje es largo y grueso, de color ocre o amarillento, y su altura hasta la cruz es de alrededor de 1.10 m. Es una especie típica de los ambientes abiertos, pero en Tierra del Fuego suele penetrar en los bosques, y en el verano asciende hasta los 600 m de altura en la zona más ondulada de la región. Allí nacen sus “chulengos”, como se denomina comúnmente a las crías.

Si algún año las nevadas se adelantan, la tropilla baja a sitios reparados para agruparse y darse calor. En esa circunstancia, los chulengos corren el riesgo de morir, ya que sus fuerzas pueden no alcanzarles para seguir al grupo. Pero el peligro disminuye cuando el clima es benévolo, pues el terreno escarpado no representa un gran desafío para estos gráciles animales.

Los pinnípedos, si bien habitan las costas de las islas, llegan al parque con representantes de varias especies, como el lobo marino de un pelo, también llamado león marino austral (Otaria byronia). Se lo ha visto ingresar por el sector de Lapataia y llegar hasta las cercanías del lago Roca. Además, en 1986 se encontraron, dentro del parque nacional, 8 ejemplares subadultos en un islote al sudoeste de la bahía Chica en el canal de Beagle, muy cerca de Lapataia (10). Los cetáceos también visitan el canal de Beagle, donde se ha avistado, por ejemplo, al delfín austral (Lagenorhynchus australis) y a la marsopa espinosa (Phocoena spinipinnis).

Aunque el sector marino, como ya dijimos, no pertenece al parque y, por lo tanto, carece de su protección, los visitantes pueden observar la fauna marina desde él en sus costas.

En cuanto a los invertebrados, podríamos extendernos cientos de páginas hablando solamente de sus caracoles, pero nos limitaremos a mencionar que, principalmente en las costas marinas de la región, habitan numerosos grupos de estos animales, como las esponjas de mar (porifera), las estrellas de mar (echinodermata), los gusanos cilíndricos (annelida), para mencionar sólo a los más asociados con el ambiente marino. Los más fáciles de observar, entre las rocas costeras del mar, son los moluscos: mejillones, cholgas y caracoles.

Los crustáceos también abundan, con especies de camarones, isópodos, krill y cangrejos, por citar algunos ejemplos. También están bien representados los arácnidos, con unas 25 familias en el archipiélago, y los insectos, tanto en las costas como en el interior del parque, donde buena parte de sus especies -como las mariposas (lepidoptera), los escarabajos (coleoptera) y las hormigas (himenoptera), entre otros- vendrán a merodear en torno de los visitantes para anunciar su presencia.

Las especies de fauna introducidas son, entre otras (véase Problemas de Conservación), el conejo europeo (Oryctolagus cuniculus), la rata almizclera (Ondatra zibethicus), las ratas negra y parda (Rattus rattus y R. norvegicus) y el castor canadiense (Castor canadensis). Este último produce un impacto ambiental considerable, debido a que tala árboles para construir sus diques, los cuales, a su vez, provocan inundaciones en ciertos sectores del bosque, causando la muerte por anegamiento de muchos árboles.

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