En el periódico "La nueva Era" que se editaba en Carmen de Patagones se publica el 19 de marzo de 1924 que un plesiosaurio se pasea en el lago Epuyén al noroeste de la provincia de Chubut, en la Patagonia Argentina.
En Buenos Aires la noticia causa tal revuelo que el presidente de la asociación protectora de animales, el Dr. Albarracín, presenta ante el ministerio del interior un recurso de amparo para evitar la caza del animal.
El director del zoológico de Buenos Aires, Clemente Onelli envía un equipo compuesto por cazadores, científicos, técnicos y hasta periodistas: Guillermo Estrella del diario La Nación y el Sr. Vaccari de la revista Caras y Caretas.
Jamás encontraron al monstruo pero gracias a esta historia Bariloche pasó a ser conocida mundialmente. En los carnavales del año siguientes el Sr. Primo Capraro, un vecino prominente de esa localidad y propietario de la Hostería Correntoso, manda a construir una carroza alusiva a ese evento.
Quien aseguró haber observado al fantástico animal fue el buscador de oro norteamericano Martín Sheffield, quien junto a su mujer María Pichún son vecinos de la la localidad. Al Sr. Sheffield se le conocía como "el sheriff".
Unos 10 años más tarde este hecho es recreado en Nueva York gracias a las repercusiones del cuento de Lobodón Garra titulado "El Cuero", que está basado en leyendas de Tehuelches y Mapuches, pobladores indígenas de la Patagonia.
Con posterioridad, el crecimiento demográfico y turístico de Bariloche provocó el aumento de supuestos avistajes del monstruo siguiendo la misma línea de los sucesos del famosísimo lago Ness en Escocia.
En 1988 un anónimo junto a una fotografía del supuesto animal prehistórico nadando en el lago Nahuel Huapi fueron dejados en la redacción del diario Río Negro, entre otras cosas decía: "El Nahuelito mostró la cara".
Nota: Durante la construcción de la represa "El Chocón" a fines del siglo XX, se encontró a 250 kilómetros de Bariloche un enorme yacimiento paleontológico y entre muchos otros tesoros, los restos del dinosaurio carnívoro más grande del mundo registrado hasta el momento, el Gigantosaurus Carolini.
En el periódico "La nueva Era" que se editaba en Carmen de Patagones se publica el 19 de marzo de 1924 que un plesiosaurio se pasea en el lago Epuyén al noroeste de la provincia de Chubut, en la Patagonia Argentina.
En Buenos Aires la noticia causa tal revuelo que el presidente de la asociación protectora de animales, el Dr. Albarracín, presenta ante el ministerio del interior un recurso de amparo para evitar la caza del animal.
El director del zoológico de Buenos Aires, Clemente Onelli envía un equipo compuesto por cazadores, científicos, técnicos y hasta periodistas: Guillermo Estrella del diario La Nación y el Sr. Vaccari de la revista Caras y Caretas.
Jamás encontraron al monstruo pero gracias a esta historia Bariloche pasó a ser conocida mundialmente. En los carnavales del año siguientes el Sr. Primo Capraro, un vecino prominente de esa localidad y propietario de la Hostería Correntoso, manda a construir una carroza alusiva a ese evento.
Quien aseguró haber observado al fantástico animal fue el buscador de oro norteamericano Martín Sheffield, quien junto a su mujer María Pichún son vecinos de la la localidad. Al Sr. Sheffield se le conocía como "el sheriff".
Unos 10 años más tarde este hecho es recreado en Nueva York gracias a las repercusiones del cuento de Lobodón Garra titulado "El Cuero", que está basado en leyendas de Tehuelches y Mapuches, pobladores indígenas de la Patagonia.
Con posterioridad, el crecimiento demográfico y turístico de Bariloche provocó el aumento de supuestos avistajes del monstruo siguiendo la misma línea de los sucesos del famosísimo lago Ness en Escocia.
En 1988 un anónimo junto a una fotografía del supuesto animal prehistórico nadando en el lago Nahuel Huapi fueron dejados en la redacción del diario Río Negro, entre otras cosas decía: "El Nahuelito mostró la cara".
Nota: Durante la construcción de la represa "El Chocón" a fines del siglo XX, se encontró a 250 kilómetros de Bariloche un enorme yacimiento paleontológico y entre muchos otros tesoros, los restos del dinosaurio carnívoro más grande del mundo registrado hasta el momento, el Gigantosaurus Carolini.