Un viaje virtual por los parques nacionales de Argentina: Los Cardones

La mayor parte del parque tiene un clima claramente árido con muy poca precipitación anual.

Continuando con nuestro recorrido por los Parques Nacionales de Argentina, hoy hacemos una parada para visitar el Parque Nacional Los Cardones en la provincia de Salta.

Salta es la provincia con más parques nacionales. Ya nos hemos referido al Parque Nacional El Rey delimitado por cadenas montañosas que descienden paulatinamente hacia el valle central, formando un inmenso anfiteatro de singular belleza y al Parque Nacional Baritú dedicado a preservar un sector de Bosque Nuboso que se ha mantenido prácticamente virgen debido a la su inaccesibilidad y su relieve, ya que el accidentado paisaje dificultaba la tala.

Parque Nacional Los Cardones.

Cartel de bienvenida al ingreso al Parque Nacional Los Cardones, construido como es costumbre en estos parques, con leña de árboles de la región.

Su bello y alto cardonal se alza sobre las faldas de los cerros.

Cuentan las leyendas de los antiguos pobladores, que son indígenas que vigilan los valles y montañas ante la presencia de extraños.

Precisamente estos ejemplares de Cardones (Trichocereus pasacana), bellos miradores del desierto, dan nombre al Parque Nacional.

El cardón.

En la planta representativa del parque, Y de ahí toma el nombre. Grandes cantidades de cardones por todas partes.

Una ruta serpentea entre cardones y flores de amancay. Es el camino que anticipa la agreste sencillez del Parque Nacional Los Cardones, en los Valles Calchaquíes.

Allí, cardones erguidos custodian los caminos del antiguo Imperio Inca y el inigualable Valle Encantado, que guardan los vestigios de su rico pasado.

La especie vegetal predominante en la zona, y que da nombre al parque, cuenta con ejemplares adultos que pueden alcanzar los 3 metros de longitud, con una edad de entre 250 y 300 años.

Estuvieron en peligro de extinción por la explotación irracional que se hacía de su madera, ahora la Ley de Parques Nacionales los protege, desde 1996, en este magnífico espacio que abarca cuatro ambientes naturales diferentes.

Entre los 4.500 y 3.500 metros se presenta un clima frío y seco con gran amplitud térmica y suelos pobres en materia orgánica, pedregosos y arenosos con alto contenido en sales y azufre. Pequeños arbustos y mucho espacio de suelo desnudo. Entre las especies herbáceas, hay plantas con ramas espinosas y algunas flores amarillentas.

Flora y fauna.

La flora y la fauna muestran características tan singulares y agrestes como el paisaje que las cobija. Además de recorrer la belleza desértica del Parque Nacional por una ruta en buen estado, se pueden tomar fotografías, realizar caminatas, caminatas y observar flora y fauna.

Los cardones en su árido silencio, impresionan con su firme porte sobre el suelo.

Distintas leyendas y creencias populares han contado el origen de las inmensas colonias de cardones que se encuentran a lo largo de todo el norte argentino. Incluso se ha hablado del carácter de estas plantas, añadiéndoles el sobrenombre de tristes, simplemente porque permanecen estáticas, inmóviles.

Siempre estarán ahí, para deleitar la vista en un paisaje diferente. Aunque su tala está prohibida, es posible tener un recuerdo de su madera, pues los guardaparques recolectan los ejemplares secos y se los entregan a los artesanos de la zona, para que realicen verdaderas obras de arte.

Una flora diversa y austera se puede observar a lo largo del Parque Los Cardones, distribuida en cuatro ambientes bien diferenciados.

El primer ambiente de la reserva es el de la Puna, cuya altura de entre 3500 y 4500 metros sobre el nivel del mar la distingue con una humedad casi nula y temperaturas que la hacen temblar de frío en las noches.

Las especies típicas son tola, añagua, rica-rica, cortdera, muña-muña y gramíneas. En la prepuna las alturas descienden hasta los 2200, aquí reinan los churquis, formando pequeños bosques conocidos como "El Churcal".

Plantas con pocas espinas. La presencia de cactus o cardones solo se empieza a notar a medida que ganamos altura sobre el suelo.

El tercero de los ambientes es la selva occidental, donde abundan los cardones, las jarillas -de gran importancia, ya que los cardones nacen y crecen bajo la protección de este arbusto hasta alcanzar un tamaño adecuado- y las flores amarillas del amancay, que sólo

Crecen en épocas de lluvia y se agrupan al pie de las laderas del cerro Tin Tin y la Quebrada de Cajoncillo. En sectores más abiertos y desérticos se encuentran los típicos breas y retamos, que son arbustos que no superan el metro de altura, con tallos verdes y flores amarillas.

El último de los ambientes es el pastizal de niebla altoandino, con una precipitación media anual inferior a los 200 milímetros, en esta zona predominan las gramíneas y leguminosas, y algunas especies de hongos.

Guanacos, zorros colorados, zorros grises, chinchillones, pumas, pericotes andinos y los pequeños quirquinchos recorren el vasto territorio.

Dueños del desoladamente bello entorno de Los Cardones, aves como la gaviota andina y el carpintero cardón también habitan en esta extensa región, pero la primera mención se la lleva el cóndor, cuyo avistamiento a primera vista produce placer y admiración.

Los Cardones con su clima claramente árido, con precipitaciones que no superan los 200 milímetros al año y temperaturas medias de 11° en invierno y 18° en verano, protegen especies en peligro de extinción como la vicuña y la taruca o el huemul del norte.

En el corazón del Parque Nacional Los Cardones, la sensación de encanto de este paisaje singular que dibuja el cactus más grande del continente se multiplica hasta el infinito.

Dicen que si te quedas callado en medio del cardonal y esperas unos instantes a que sople el viento, puedes escuchar música, o al menos un pitido como un silbido profundo, eterno, que inunda el espacio y llega el cielo.