
Continúo relatando mi recorrido por la Ruta 40. En este caso es el primer post en español que hago en la Comunidad Argentina de #HIVE. Hace cinco años hice esta travesía. Y hoy se las cuento.
La primera etapa, desde La Quiaca hasta San Antonio de los Cobres fue un viaje de experimentación.
Me estaba adentrando en un universo totalmente desconocido. Era la travesía más larga que intentaba hacer en mi vida, en moto.
En la segunda etapa, entre caminos de cornisa estrechos y peligrosos llego hasta Abra del Acay, el paso carretero más alto del mundo fuera de Asia
En la tercera etapa me dí el lujo de beber un café en medio de las nubes.
Después de ello sigo mi camino.

En mi transitar veo la punta de los volcanes cubiertas de nieve casi de frente a mí, como su fueran la punta de un pastel gigante e inmaculado.

Más adelante me encuentro con un argentino-alemán que viaja con una fotógrafa que pretende hacer imprimir un libro entero de imágenes de la Ruta 40 de Norte a Sur. Le he dicho de mandarme una copia una vez terminado. Me gustaría mucho tenerlo como recuerdo. Seguramente podré revivir la mayor parte de las fotos que me recordarán por muchos años la travesía realizada.

Luego conozco tres motociclistas con los cuáles comparto buena parte del recorrido. Dejamos pequeñas ofrentas (apachetas) como muestras de respeto a la tierra y seguimos camino. Tranquilos, sin prisa. Porque en la Puna el apuro no existe. Todo se hace con lentitud. Para no cansarse. Pero también, como es mi caso, para disfrutar la belleza de un paisaje único.
Nos lavamos las manos en las aguas termales y seguimos.

Llegamos a un lugar terrible para cruzar donde cometo todos los errores posibles. Un poco porque me dolía el pie de la caída en la segunda etapa y otro poco por ignorancia. Finalmente con la ayuda de todos logro superar el difícil paso y continúo.

En teoría para poder cruzar en moto esta serie de pasos tan accidentados es conveniente pararse sobre la misma para darle mayor estabilidad y poder acelerar mejor.
Finalmente llegó el argentino-alemán con su vehículo que si sabía como hacerlo y que me dio una serie de consejos importantes para las travesías futuras. Resultó ser un dirigente de la BMW.

He aprendido la lección. Iré más despacio porque el peligro no ha pasado del todo. Algunos ríos están muy torrentosos.
Atravieso serranías de cardones, llamas y guanacos. La Puna se extiende hasta el infinito.
Me detengo en La Poma.


Recojo agua del río y me hago un café mientras admiro la naturaleza y las montañas.

Hablo con pastores que me cuentan como muchos de ellos han muerto a causa de los rayos que con frecuencia caen en esta zona.

Encuentro un tramo de asfalto que me sabe a gloria. Por la tarde llego a Cachi. Unba joya de paredes blancas que con justa razón fue llamada Lugar Histórico Nacional.

En el camping municipal me reencuentro con mis tres amigos motociclistas y una chica brasileña que nos prepara uno de los mejores café que he tomado en mi vida.
Entre café y relatos pasamos el resto de la jornada recuperando fuerzas y esperando las sorpresas que nos podría deparar la travesía del día siguiente.
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