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1 de noviembre de 2025

Buenos Aires y el tango.

El tango y Buenos Aires son una sola cosa, cuesta trabajo separarlos y cuando se logra se siente extraño. Como dice Jorge Göttling "el tango es el paisaje más original de Buenos Aires", es como un juego mágico de interrelación.

Fuente

El habitante de esta ciudad posee una manera de ser y de sentir particular y el tango es un complemento para esa forma de ser que generalmente es dramática, casi fatal, la mayoría de las veces triste, por vocación o por herencia.

Esa herencia debemos buscarla en la historia de la inmigración italiana en gran parte y española en menor medida en los comienzos del siglo XX, generalmente en la añoranza a la mujer dejada del otro lado del mar, a la soledad meditada entre cuatro paredes. Es por eso que el molde del tango está compuesto por hombres solitarios que constituyen el origen de la literatura y la poesía tanguera.

Buenos Aires fue moldeada con un ojo mirando a Europa, con sectores de innegable parecido a París pero lo que separa a esta ciudad de la capital francesa es el tango, ese fenómeno original que se dio en la costa del Río de la Plata. Buenos Aires y el tango se pertenecen y se complementan.

Y el tango bailado es sinónimo de sensualidad, de buen gusto, de señorial encanto. Dicen los investigadores que produjo la mayor revolución en la historia del baile moderno.

Pero no se puede hablar de tango si no se habla de Gardel. El que generó el fenómeno más importante en la historia de la canción tanguera, indiscutido como el mejor, aun después de la tragedia de Medellin donde perdió la vida. Con Gardel apareció el verso y el motivo principal de las letras y la filosofía tanquera que generalmente es la mujer.

Por ejemplo la nostalgia.

Pero amigos, ella me olvidó
y en el fino cristal de esta copa
me parece que veo la boca
que mil veces mi boca besó.

Frecuentemente la ruptura con la mujer amada.

Hoy vas a entrar en mi pasado,
en el pasado de mi vida.
Tres cosas lleva mi alma herida:
amor, pesar, dolor.
Hoy vas a entrar en mi pasado,
hoy nuevas sendas tomaremos.
!Qué grande ha sido nuestro amor
y sin embargo, ay,
mirá lo que quedó!

Sin embargo hay otros temas que el tango toca en forma recurrente como por ejemplo el escepticismo:

Yo quise ser un barrilete
buscando altura en mi ideal,
tratando de explicarme que la vida es algo más
que un simple plato de comida.
Y he sido igual que un barrilete
al que un mal tiempo puso fin.
No se si fue la fe, la voluntad,
o acaso fue que me faltó piolín.

O la ironía:

Hoy resulta que es lo mismo
ser derecho que traidor,
ignorante, sabio, chorro,
pretencioso o estafador.
Todo es igual; nada es mejor.
Lo mismo un burro
que un gran profesor.
No hay aplazao ni escalafón,
los inmorales nos han igualao.
Si uno vive en la impostura
y otro roba en su ambición,
da lo mismo que sea cura,
colchonero, rey de bastos,
caradura o polizón.

Para el final dejo al amor fugaz, muchos tangos reflejan esta temática, y como muestra de la enorme poesía que encierran, van estos versos de "Después del carnaval".

Fue una noche en que lloraban los violines
un triste tango de promesas olvidadas;
mientras la luna plateaba los jardines
un beso ardiente en la noche palpitó.
Más el encanto de aquellas horas,
al morir Momo se disipó,
y con mi dolor, a solas,
lloré la muerte de mi ilusión.

El tango vive en Buenos Aires y quienes pensaron que estaba muerto al acabarse la época dorada de los 40 y 50 y aparecer el bombardeo extranjero de la música pop, lo han visto renacer una y otra vez. Hoy los espectáculos de tango atraen turistas y locales, el mundial de baile cada vez incorpora más y más parejas de todo el mundo y aunque no han vuelto a aparecer poetas como los de aquella época, difícilmente perezca a menos que también muera la ciudad.

fuente

El tango y Buenos Aires son una sola cosa, cuesta trabajo separarlos y cuando se logra se siente extraño. Como dice Jorge Göttling "el tango es el paisaje más original de Buenos Aires", es como un juego mágico de interrelación.

Fuente

El habitante de esta ciudad posee una manera de ser y de sentir particular y el tango es un complemento para esa forma de ser que generalmente es dramática, casi fatal, la mayoría de las veces triste, por vocación o por herencia.

Esa herencia debemos buscarla en la historia de la inmigración italiana en gran parte y española en menor medida en los comienzos del siglo XX, generalmente en la añoranza a la mujer dejada del otro lado del mar, a la soledad meditada entre cuatro paredes. Es por eso que el molde del tango está compuesto por hombres solitarios que constituyen el origen de la literatura y la poesía tanguera.

Buenos Aires fue moldeada con un ojo mirando a Europa, con sectores de innegable parecido a París pero lo que separa a esta ciudad de la capital francesa es el tango, ese fenómeno original que se dio en la costa del Río de la Plata. Buenos Aires y el tango se pertenecen y se complementan.

Y el tango bailado es sinónimo de sensualidad, de buen gusto, de señorial encanto. Dicen los investigadores que produjo la mayor revolución en la historia del baile moderno.

Pero no se puede hablar de tango si no se habla de Gardel. El que generó el fenómeno más importante en la historia de la canción tanguera, indiscutido como el mejor, aun después de la tragedia de Medellin donde perdió la vida. Con Gardel apareció el verso y el motivo principal de las letras y la filosofía tanquera que generalmente es la mujer.

Por ejemplo la nostalgia.

Pero amigos, ella me olvidó
y en el fino cristal de esta copa
me parece que veo la boca
que mil veces mi boca besó.

Frecuentemente la ruptura con la mujer amada.

Hoy vas a entrar en mi pasado,
en el pasado de mi vida.
Tres cosas lleva mi alma herida:
amor, pesar, dolor.
Hoy vas a entrar en mi pasado,
hoy nuevas sendas tomaremos.
!Qué grande ha sido nuestro amor
y sin embargo, ay,
mirá lo que quedó!

Sin embargo hay otros temas que el tango toca en forma recurrente como por ejemplo el escepticismo:

Yo quise ser un barrilete
buscando altura en mi ideal,
tratando de explicarme que la vida es algo más
que un simple plato de comida.
Y he sido igual que un barrilete
al que un mal tiempo puso fin.
No se si fue la fe, la voluntad,
o acaso fue que me faltó piolín.

O la ironía:

Hoy resulta que es lo mismo
ser derecho que traidor,
ignorante, sabio, chorro,
pretencioso o estafador.
Todo es igual; nada es mejor.
Lo mismo un burro
que un gran profesor.
No hay aplazao ni escalafón,
los inmorales nos han igualao.
Si uno vive en la impostura
y otro roba en su ambición,
da lo mismo que sea cura,
colchonero, rey de bastos,
caradura o polizón.

Para el final dejo al amor fugaz, muchos tangos reflejan esta temática, y como muestra de la enorme poesía que encierran, van estos versos de "Después del carnaval".

Fue una noche en que lloraban los violines
un triste tango de promesas olvidadas;
mientras la luna plateaba los jardines
un beso ardiente en la noche palpitó.
Más el encanto de aquellas horas,
al morir Momo se disipó,
y con mi dolor, a solas,
lloré la muerte de mi ilusión.

El tango vive en Buenos Aires y quienes pensaron que estaba muerto al acabarse la época dorada de los 40 y 50 y aparecer el bombardeo extranjero de la música pop, lo han visto renacer una y otra vez. Hoy los espectáculos de tango atraen turistas y locales, el mundial de baile cada vez incorpora más y más parejas de todo el mundo y aunque no han vuelto a aparecer poetas como los de aquella época, difícilmente perezca a menos que también muera la ciudad.

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